Refranes de bautizo

Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.

Jesucristo dice: Yo soy el pan de vida. El que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Cristo dice: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá.

Dios es amor; y el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él.

Pero sabemos que todas las cosas obran para el bien de los que aman a Dios.

Si uno cree de corazón, se convierte en justo.

Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

El que siembra en bendición también cosechará en bendición.

Vivid como hijos de la luz; el fruto de la luz es pura bondad, justicia y verdad.

Sed así entre vosotros, como también según la comunión en Cristo Jesús.

Rezo para que tu amor sea cada vez más rico en conocimiento y en toda experiencia.

El Señor es fiel; él te fortalecerá y te guardará del mal.

Dios no nos ha dado espíritu de temor, sino de poder, de amor y de prudencia.

Echa todas tus preocupaciones sobre Dios, porque Dios cuida de ti.

Mirad qué amor nos ha mostrado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios, ¡y lo somos!

El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga piedad de ti; el Señor alce sobre ti su rostro y te dé la paz.

Porque el Señor, tu Dios, es un Dios misericordioso; no te abandonará.

Me acuesto y duermo en paz, porque sólo tú, Señor, me ayudas a vivir seguro.

Protégeme como a la niña de tus ojos, cobijame bajo la sombra de tus alas.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

La bondad y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor para siempre.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién he de tener miedo? El Señor es la fuerza de mi vida, ¿de quién he de tener miedo?

Porque la palabra del Señor es verdadera, y lo que promete, ciertamente lo cumple.

Señor, tu bondad llega hasta el cielo, y tu verdad hasta las nubes.

Déjame habitar en tu tienda para siempre y refugiarme bajo tus alas.

Dios ha ordenado a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos, que te lleven en sus manos.

Misericordioso y clemente es el Señor, paciente y de gran bondad.

El Señor te guarde de todo mal, guarde tu alma.

Desde todos los lados me rodeas y sostienes tu mano sobre mí.

Te doy gracias porque estoy hecho de maravilla; maravillosas son tus obras; esto lo sabe mi alma.

Porque el Señor da la sabiduría, y de su boca sale la ciencia y la inteligencia.

Porque la sabiduría entrará en tu corazón, y la ciencia será dulce a tu alma. La prudencia te preservará, y la inteligencia te guardará.

Pero los que esperan en el Señor recibirán nuevas fuerzas, para levantarse con alas como las águilas, para correr y no desmayar, para caminar y no cansarse.

Estamos vivos gracias a la bondad de Dios. Su amor es nuevo cada mañana.

Hablad unos con otros con verdad y juzgad rectamente; haced la paz en vuestras puertas, dice Dios.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Estoy contigo siempre, incluso hasta el fin del mundo.

Servíos los unos a los otros, cada uno con el don que ha recibido, como buenos administradores de las múltiples gracias de Dios.

Quien pueda ser tan pequeño como este niño es el más grande en el reino de los cielos. Y al que reciba a un niño así por mí, yo lo recibo.

Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis. Porque el Reino de los Cielos es de gente como ellos.

Estad seguros: yo estoy con vosotros siempre, hasta el fin del mundo.

Tomó a los niños en brazos, les impuso las manos y los bendijo.

No temas, porque yo estoy contigo; no temas, porque yo soy tu Dios. Yo te ayudaré, sí, te haré fuerte.

El Señor te bendiga y te guarde. El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga piedad de ti. El Señor vuelva su rostro hacia ti y te conceda la salvación.

No dejará vacilar tu pie; no dormirá el que te guarda.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Me muestras el camino de la vida.

Señor, que se alegren todos los que confían en ti.

El Señor es mi luz y mi salvación. ¿De quién debo tener miedo? El Señor es la fuerza de mi vida. ¿De quién debo tener miedo?

El Señor es misericordioso y clemente, paciente y rico en bondad.

El Señor te guarde de todo mal, guarde tu vida.

Tu palabra es como una luz en la noche que ilumina mi camino.

Pues manda a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos.

Entonces, cuando grites, el Señor te responderá, y cuando clames pidiendo ayuda, te dirá: Aquí estoy.

... porque quiero darte un futuro y esperanza.

Mirad qué grande es el amor que el Padre nos ha dado: Somos llamados hijos de Dios y lo somos.

Dichosos los que te aman, se alegrarán de la paz que das.

Echad toda vuestra preocupación sobre él, porque él cuida de vosotros.

Porque el Señor está lleno de misericordia y compasión.

Sabemos que Dios hace buenas todas las cosas en los que le aman.

Se hace la luz porque tú estás ahí.

Muchas pequeñas personas en muchos pequeños lugares, dando muchos pequeños pasos, pueden cambiar la faz del mundo.

Los niños son un puente hacia el cielo.

Los niños son las alas del ser humano.

Un niño es un libro del que podemos leer y en el que podemos escribir.

Hay que inclinarse ante Dios porque es muy grande, ¡ante el niño porque es muy pequeño!

Donde hay niños, hay una edad de oro.

Dios sabe lo que piensa hacer conmigo. No necesito preocuparme por eso.

Dios no exige nada a una persona sin darle al mismo tiempo la fuerza para hacerlo.

Que Dios te acompañe en el camino que tienes por delante. Ese es mi deseo para el camino de tu vida.

Cada niño trae el mensaje de que Dios aún no ha perdido el deseo del hombre.

No hay camino hacia la paz: la paz es el camino.

Sólo el amor conoce el secreto de dar a los demás y enriquecerse en el proceso.

Escucha a Dios en sus mandamientos para que Él te escuche en tus oraciones.

Dios nos ama a cada uno de nosotros como si no hubiera nadie más que nosotros a quien pudiera dar su amor.

Hay una sonrisa de Dios y un significado profundo escondido en cada niño.